Consisten en observar y analizar a un grupo de usuarios reales (potenciales usuarios) experimentar con el producto, y ver qué funciona bien y qué necesita ajustarse. Escuchar sus necesidades y frustraciones, y tenerlas en cuenta para mejorar así su experiencia y que el producto sea un éxito.
Lo ideal es realizarlos justo después de tener un wireframe, este puede ser en baja o alta calidad dependiendo del tipo de ejercicio y el contexto del proyecto. Los tests en una etapa temprana ayudan a identificar cualquier deficiencia en el diseño, el flujo y la interacción. También escuchar a los usuarios, saber qué funcionalidades son más valiosas para ellos y cuáles menos. Así podemos iterar en el wireframe teniendo en cuenta las mejoras que se han obtenido en el test.
Una vez está todo solventado y validado, obtendremos un producto que cumple al 100% con las necesidades de los usuarios y que a la vez están alineadas con las del cliente. Sin el test de usabilidad, los errores se pasarían por alto siendo así retoques costosos más adelante en la fase de desarrollo o bien, en evolutivos después del lanzamiento del producto.
Forrester, calcula que por cada $1 para solucionar un problema en la fase de diseño, costaría $5 solucionar el mismo problema durante el desarrollo y costaría $30 solucionar el mismo problema después del lanzamiento del producto.
¿Cómo se estructura?
Hay tres métodos disponibles para realizar pruebas de usabilidad:
Moderado presencial
Esta prueba se lleva a cabo en una sala de laboratorio a un grupo de testers. El moderador asigna los retos a realizar, mientras que el observador es monitorizado y toma notas del comportamiento de los testers durante la prueba. Si el grupo es muy grande también se usa un software, que graba la voz, la actividad de la pantalla y las expresiones faciales del tester, para no perder información.
Moderado en remoto
Los testers acceden al prototipo de forma remota y el moderador asigna las tareas en streaming. Mediante un software, la voz del tester, la actividad de la pantalla y sus expresiones faciales son grabadas para que los observadores puedan analizar estos datos al finalizar la prueba.
Sin moderador y en remoto
Los testers reciben un email con un link dónde acceden al prototipo, junto a un documento explicativo de la sesión y las tareas asignadas para realizar el test. También se usa el software, que graba la voz, la actividad de la pantalla y las expresiones faciales del tester. Al realizar el test los datos se mandan al observador para que pueda generar los resultados.