Los moodboards integran de manera natural el visual thinking como herramienta de apoyo a la visualización de conceptos, permitiendo así una mayor agilidad, ya que las imágenes se procesan en el cerebro 60.000 veces más rápido que las palabras (Kusinitz, 2014). Esto hace mucho más sencilla la parte de definir los insights, la cual normalmente es la más compleja dentro de la metodología, sobre todo para aquellos que no tienen una gran experiencia en su utilización.
¿Cómo se hace un moodboard?
Aunque cada uno puede adaptar la realización del mismo como se sienta más cómodo o como le resulte más efectivo, hay unos pasos a tener en cuenta para sacarle el máximo rendimiento a esta herramienta:
A) Poner un título. Para comenzar a visualizar el moodboard es importante poner un título que nos ayude a enfocar.
B) Definirlaspalabrasclave.Paraseguiracotandomáselcontenidodenuestromapa de inspiración es importante definir palabras clave. Aunque también debemos limitar el número de palabras clave para no perder el foco en lo que nos interesa, podríamos hablar de entre 3 y 5.
C) Hacer un brainstorming de imágenes. Una vez tenemos las palabras clave es el momento de buscar una gran cantidad de imágenes que nos ayuden a visualizarlas.
D) Seleccionar las imágenes. Tras la búsqueda de todas estas imágenes realizaremos un proceso de filtrado para quedarnos con las que más y mejor se ajusten, evitando que se repitan imágenes iguales o que no aporten valor.
E) Tener en cuenta la colocación de los elementos. Una vez tenemos las imágenes y las palabras clave, el último paso es colocar los elementos en el mismo soporte con un orden que nos ayude a estructurar la información de la mejor manera posible.
A partir de aquí el siguiente paso es visualizarlo y comenzar a generar ideas para nuestro proyecto.